Ella es la primera presidenta auxiliar de Caleras en Atlixco
A pesar de las dificultades de enfrentar una comunidad machista, Fortunata Sánchez Jiménez, originaria de San Jerónimo Caleras, junta auxiliar de Atlixco, se convirtió en la primera mujer en representar a su comunidad, partiendo de la necesidad de alzar la voz y de que las mujeres tuvieran mejores oportunidades.
Para ella la vida no ha sido fácil, desde muy niña dejó el seno familiar para buscar el sustento y partió a la Ciudad de México y luego a los Estados Unidos dejando atrás a sus padres, a sus hermanos, pero con un gran sueño, salir adelante, probar suerte y conocer otros sitios que, sin duda, le abrieron los ojos a otra realidad.
La primera experiencia que aprendió es que en otros lugares la mujer era más participativa, tenía otras posibilidades y no era mal vista por opinar y alcanzar sus sueños, con esta mentalidad ella regresó a su comunidad y emprendió el viaje que la llevaría ahora a representar a Caleras.
Tras casarse, tener hijos y cumplir con las labores del hogar, Fortunata sintió la necesidad de hacer algo más, de apoyar a los demás, sobre todo a las mujeres, motivo por el cual participa activamente en la Casa de Salud, la cual aún sigue al pendiente.
Poco a poco, a lo largo de esta charla, Fortunata empieza a recordar que ha tenido momentos difíciles, incluso hasta de temor, pero reconoce que también su esposo ha sido parte fundamental para que ella se encuentre en la política, pues sin su apoyo y su intervención no hubiera podido hacer las cosas y no por que no tuviera capacidad, sino porque San Jerónimo Caleras es una comunidad de las más alejadas de la cabecera municipal, en donde los esposo son los que tienen la última palabra.
Lidiar con un machismo marcado, no solo la ha afectado, también a su familia a sus hijos y su entorno, pero ve con agrado que los resultados se van presentando al tener obra pública, mejores calles y espera dejar en mejores condiciones esta comunidad que la vio nacer.
Al principio le molestaba que algunos habitantes del pueblo la señalaran que por ser mujer ella no iba a poder o que a su esposo le dijeran comentarios misóginos por permitirle ser candidata a la presidencia auxiliar, incluso en pleno proceso de campaña, pensó en retirarse, pero fueron su equipo, su esposo y sus allegados quienes le dieron la fortaleza para seguir adelante.
Ahora cuenta el pasado con una sonrisa, de repente se le llenan los ojos de lágrimas al recordar algunos comentarios, pero se vuelve a iluminar cuando piensa en el futuro, ese que está labrando para que más mujeres se animen a participar en la vida política.
San Jerónimo Caleras cuenta con poco más de 800 habitantes, no todas las viviendas tienen luz y aún hay piso de tierra asi como otras necesidades básicas.