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Los explotadores de lava en Tianguismanalco

Los explotadores de lava en Tianguismanalco

Un vestigio importante de la presencia de lava del Volcán Popocatépetl se encuentra entre los municipios de San Juan Tianguismanalco, Tecuanipan y Nealtican, y de ella viven alrededor de mil personas. Se trata de material balsámico, proveniente de la última emisión volcánica del Popocatépetl, solidificada, y que es explotada y utilizada como material para construcción y decoración.

En últimas fechas, el color negro profundo que caracteriza esta zona se ha convertido en gris, la fuerte caída de ceniza no da tregua a los trabajadores que sin tener un horario laboral se dedican a explotar y romper la lava solidificada, para después transportarla hasta diversos puntos en donde la utilizan para mamposteo, principalmente.

Los estruendos son diferentes a los que ya se decían acostumbrados, la actividad del Popocatépetl es diferente, pero, aunque hiciera erupción ellos aseguran que se quedarían para seguir trabajando.

Solo 16 kilómetros de distancia los separan, del cráter del volcán hasta el punto en el que se encuentran algunos canteros, que es San Pedro Atlixco, lugar que pertenece a Tianguismanlco.  Todo este enorme conjunto de piedras es la lava hecha piedra, que quedó petrificada como testigo fiel del paso de los años y de la erupción de hace 23 mil años.

Armando Contreras Sánchez tiene 20 años recorriendo toda esta especie de cordillera de lava y en todos estos años ha tenido que aprender sobre el volcán y así poder mantener a su familia.

Acompañado de otros trabajadores, relatan que no cuentan con estudios, y prácticamente desde pequeños han tenido que trabajar en la cantera, antes lo hacían utilizando dinamita, ahora cuentan con algunas maquinarias.

Este es un trabajo muy pesado, algunos de los que se dedican a la cantera han muerto cuando se les cae la piedra encima pues no cuentan con medidas de prevención ni cuentan con equipo de protección, pues cada quien responde por su propia vida.

Seguir cerca del volcán, escuchar sus estruendos, sus vibraciones, y exponerse es su modo de vida, y son testigos de la actividad de don Goyo a quien le agradecen el haberles dado el pan de cada día.